Consumismo, Globalización, y Criminalidad

Tres fuerzas moldean la vida y la cultura en las sociedades occidentalizadas: el ansia de entretenimiento, el anhelo de reconocimiento y la obsesión por las ganancias. Un viaje a la selva amazónica que realicé en enero de 2024 me mostró que estas tres corrientes también moldean el ecoturismo. Gran parte de la literatura académica elogia el ecoturismo como una iniciativa positiva en todos los sentidos: los visitantes aprenden sobre la naturaleza, las comunidades rurales se motivan a preservar sus ecosistemas y, al ser generalmente pobres económicamente, los lugareños también encuentran una fuente estable de ingresos. Sin embargo, estos estudios no consideran las macrofuerzas en las que se inserta el ecoturismo y que, a su vez, refuerza. Basándose en la filosofía del intelectual indígena Ailton Krenak, junto con los conceptos sociológicos occidentales de inseguridad ontológica, disneyización y consumismo, este artículo ofrece una profunda crítica del ecoturismo como una versión desinfectada, mediatizada y mercantilizada de la realidad que no logra transmitir la esencia de la vida y, en cambio, refuerza una visión moderna, atomista y mecanicista de la naturaleza como algo separado de la humanidad y un recurso para explotar. El entretenimiento, la fama, las ganancias y su convergencia en el ecoturismo están destruyendo la naturaleza. El ecoturismo es, en ese sentido, un prisma a través del cual podemos aprender sobre las sociedades occidentalizadas y su paisaje cultural.